Hacia una Declaración con perspectiva de género                                 

Artículo del Cotidiano Nº28 y 1/2


Para que los Derechos Humanos sean más 

Derechos, el Comité Latinoamericano y del Caribe para la Defensa 
de los Derechos de la Mujer desarrolla una campaña para introducir la
perspectiva de género en la Carta Fundamental


La propuesta de una Declaración de los Derechos Humanos escrita por las mujeres hace resonar ecos de los tambores que redoblaron en la Revolución Francesa, roces de tafetanes y percales, de polleras largas, de mujeres soñando con la igualdad.

De hecho, la primera vez que las mujeres se asumieron como sujeto colectivo y levantaron la bandera de los derechos humanos, como mujeres luchando para las mujeres, fue al calor de las discusiones en los Clubes de Mujeres -y valgan todas las redundancias- alrededor de 1792, en París. Olympe de Gouges escribió la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana y pagó la osadía con su vida. Los anhelos de igualdad fueron reprimidos. En noviembre de 1793 fueron prohibidos los clubes. Olympe subió a la guillotina. Las demás conocieron la prisión o el exilio.

Pero ahora corren los tiempos de la globalización y la deconstrucción postmodernista. Se anunció la muerte de las grandes ideas de la modernidad y de las ideologías. Entonces, ¿qué puede mover a latinoamericanas y caribeñas a escribir una Declaración de Derechos Humanos con perspectiva de Género?

Del derecho y del revés

Los discursos catastrofistas no pueden impedirnos revisar leyes nacionales e internacionales que son aplicadas a nosotras. Por eso nos permitimos discutir teorías, revisar textos legales, mirando los derechos humanos del derecho y del revés.

Como todo lo que pertenece a la cultura dominante, el discurso legal está contaminado ideológicamente, atravesado por visiones estereotipadas de género y, por tanto, es materia de aprendizaje, internalización y desaprendizaje, como cualquier otra norma cultural.

Podremos reconstruír un nuevo modelo para desaprender y reaprender, sólo luego de describir los aparatos en funcionamiento, desarmar las manipulaciones específicas y leer las lecturas de esas manipulaciones y de las estructuras de poder; de las experiencias de resistencia frente a las mismas.

Este es el ejercicio que realiza el Comité Latinoamericano y del Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem) desde hace varios años y del cual esta declaración es una muestra.

Una idea en Marcha

La idea de escribir una Declaración de Derechos Humanos con perspectiva de género nació en diciembre de 1992, cuando mujeres de distintas organizaciones, reunidas en la Conferencia Satélite La Nuestra, en San José de Costa Rica (para organizar el trabajo hacia la Conferencia Preparatoria Latinoamericana de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de Viena) discurrieron volcar al femenino la Declaración Universal de 1948. El impacto de leerla así fue tal que inmediatamente ellas se preguntaron: ¿por qué no escribimos nosotras una Declaración de Derechos Humanos?

Formaron una comisión redactora y surgió el primer borrador. De enero a mayo de 1993, Cladem Brasil continuó trabajando y planteó a la Oficina Regional que la declaración fuera asumida como propuesta de toda la red. Hubo acuerdo y Cladem imprimió la propuesta y comenzó a difundirla.

En junio de 1993, fue presentada en Viena y discutida con las redes hermanas de Africa y Asia, quienes aportaron sus críticas y comentarios.

Desde Julio de 1993 a setiembre de 1994, con los aportes recibidos, redactaron una nueva versión, presentada en la Conferencia Latinoamericana preparatoria de Beijing, en Mar del Plata, Argentina.

Hasta junio de 1997 recibieron sugerencias, críticas y comentarios de más de 180 organizaciones y cientos de personas de todo el mundo. La nueva versión fue presentada a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra. En diciembre del mismo año, dicha comisión solicitó a Cladem que redujera el texto presentado a 1.500 palabras para que pudiera ser aceptado como documento de ONG con "status" consultivo, en la sesión a celebrarse en marzo de 1998. Realizada la síntesis, ésta fue finalmente incorporada.

En abril pasado presentamos esta declaración a otras redes en un seminario regional realizado por Cladem en Panamá, dando comienzo así a una campaña destinada a recolectar firmas de apoyo.

El objetivo es presentarla a la ONU el 10 de diciembre de 1998, cuando la Asamblea General celebre el 50 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

No queremos reemplazar la Declaración Universal de Derechos Humanos, código ético para la humanidad. Pero, sin invalidar sus logros de ninguna forma, creemos necesario que -cincuenta años después de la primera Carta Fundamental-, los Estados aprueben un documento de protección internacional de los derechos humanos que integre los avances realizados en el pensamiento y la experiencia.
 
 

La médula del proyecto

La declaración consta de artículos agrupados en los siguientes cinco ejes temáticos:

I. Derechos de Identidad y Ciudadanía: propone, entre otros, el derecho a la identidad ciudadana independientemente del estado civil, sexo, orientación sexual, raza, etnicidad, origen social y otras condiciones.

II. Derecho a la Paz y a una Vida sin Violencia: plantea garantizar el derecho a una vida libre de violencia pública y privada, la participación de las mujeres en la resolución de conflictos armados y en la construcción de la paz.

III. Derechos Sexuales y Reproductivos: los pilares de este eje son la autonomía reproductiva y la autodeterminación en el ejercicio de la sexualidad.

IV. Derecho al Desarrollo: se consagran, entre otros, el derecho y la responsabilidad de toda mujer y hombre de criar y educar a hijos e hijas, realizar el trabajo del hogar y proveer a las necesidades de la familia, incluso después del divorcio.

V. Derechos Ambientales: plantea que la igualdad de género es una de las bases principales para el logro de un desarrollo sustentable, que conserve el medio ambiente.
 

Susana Chiarotti

De la revista "María María", Campaña de las Naciones Unidas por los Derechos Humanos de las Mujeres y las Niñas, contra la Violencia. 1998


 
Elena Fonseca