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SEMINARIO
Género y Espacio Urbano
“Construyendo ciudades democráticas”
3
de Octubre de 2005
Día Mundial del Hábitat
Salón Rojo, Piso 1 y ½ IMM
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ALGUNAS
CONSIDERACIONES
SOBRE
EL PAPEL DE LAS MUJERES
EN LA CONSTRUCCIÓN DEL TEJIDO SOCIAL.
NOTAS A PARTIR DE COMUNAMUJER
Silvana
Bruera
Mariana González
I.-
MONTEVIDEO: EL ESCENARIO ACTUAL
·
La mayor fragmentación y diferenciación social se expresa
en el territorio. La segregación espacial refuerza la exclusión
social.
· Los datos muestran la infantilización de la pobreza.
· El Municipio tiene hoy un rol importante en los procesos sociales,
así como en los económicos, culturales, y de diferente
índole. Sus competencias han crecido.
· El establecimiento de un proceso de descentralización
participativa concebida como parte de la democratización - más
allá de los éxitos, enlentecimientos y tropiezos que implica-
se constituye en una oportunidad para la integración social.
· La presencia de mujeres organizadas en el territorio no es
un fenómeno nuevo. Sí es relativamente nueva la presencia
que han asumido en organizaciones , lo que ha cambiado el carácter
de las éstas últimas y sus objetivos. La integración
de las mujeres resulta un factor determinante para hacer visible la
existencia de nuevas y variadas necesidades y demandas.
II.- EL MARCO CONCEPTUAL DEL QUE PARTIMOS
·
Castells afirma: "los entornos locales per se, no inducen un modelo
específico de conducta o una identidad distintiva (...) Para
que esto suceda es necesario un proceso de movilización social.
Es decir, la gente debe participar en movimientos urbanos mediante los
cuales se descubren y defienden los intereses comunes, se comparte en
cierta medida la vida y puede producirse nuevo sentido".
Manuel
Castells, La era de la información Vol.II
El poder de la identidad. Siglo XXI Editores. México 1999.
·
Nos interesa especialmente el papel de las inequidades de género
(como parte de las inequidades sociales) como movilizador de la organización
de las mujeres y su aporte a la densificación de la trama social
en el territorio. Las organizaciones que nos convocan para esta reflexión
las Comisiones Zonales de Mujeres-, tienen como horizonte la ampliación
de la ciudadanía (y por ello la democratización de la
ciudad).
·
Cuando hablamos de ciudadanía consideramos que hay dos grandes
orientaciones:
1.-
la que pone el énfasis en la creación de derechos, ciudadanía
"pasiva", que dota de bienes y servicios garantizados por
el Estado. Carácter jurídico o normativo.
2.-
la que enfoca la participación de los sujetos, con derechos y
deberes en su comunidad, definida por algunos autores como ciudadanía
"activa". Carácter cívico e inclusivo que amplía
las esferas de actuación.
La
construcción de ciudadanía, es siempre un proceso complejo.
También lo es la construcción de una ciudadanía
"moderna" que recoja las diferencias con equidad. Este es
el desafío de integrar el enfoque de género.
· Las políticas públicas que ignoran las desigualdades
de género, incurren en errores que tienen un fuerte impacto no
sólo en términos de justicia, sino en la eficiencia y
eficacia de la gestión.
La
compartimentación es una práctica habitual, que consiste
en establecer una diferenciación artificial de los aspectos técnicos
y sociales de la planificación.
La agregación refiere al uso de categorías generales y
abstractas como son "los pobres", o "la comunidad",
por ejemplo.
Por último, una consecuencia de la naturalización de las
diferencias de género es la "eternalización"
y su consecuente despolitización. Se manifiesta en la concepción
que coloca a la mujer sólo en la esfera privada de la familia,
o al hombre sólo como proveedor.
Cuando se considera a "la comunidad rural" no podemos visualizar
las diferencias internas de este grupo social. Esto dificulta la llegada
eficaz de las acciones municipales, por ejemplo vinculadas a la satisfacción
de necesidades de bienes y servicios específicos, como riego,
educación, salud, etc.
·
El punto de arranque de una propuesta municipal abierta a la inclusión
de género, es considerar a las mujeres como sujetas de derecho.
Este es un aspecto central para comenzar a trabajar a favor de la equidad
desde el municipio, y es lo que hará la diferencia con otros
abordajes que pueden tener a las mujeres como centro de sus acciones.
Por
este motivo nos interesa la relación de la ciudadanía
activa de las mujeres y las políticas municipales. Según
Provoste y Valdez, las políticas municipales pueden jugar un
importante rol, para ello deberían promover entre las mujeres
el asociativismo, el ejercicio de los derechos consagrados y el reconocimiento
de nuevos derechos, el control de la función pública,
un creciente acceso a las decisiones, y la capacidad de participar en
el "foro" comunal articulando con otros actores para incidir
en la agenda y colocar los derechos de las mujeres en el debate público.
III.- El EJEMPLO DEL QUE PARTIMOS: PROGRAMA COMUNAMUJER
· El Programa se inicia con la fundación de tres Comunamujer
que nacen conjuntamente en junio de 1996 en zonas carenciadas de Montevideo.
Actualmente existen 8 Comunamujer en Montevideo - en zonales 8, 9, 10,
11,12,14, 17 y 18. (Ver Mapa)
·
Fue creado para fortalecer el protagonismo de las mujeres, que quieren
ser activas en la vida social y política. Asume y lidera la reivindicación
de las mujeres como actoras en sus comunidades. Pero paralelamente se
suma al criterio rector de las inversiones municipales: favorecer en
primera instancia a los sectores pobres de la población, por
eso se localizan en zonas empobrecidas.
·
El Programa tiene dos componentes básicos: un espacio de participación
- denominado Comisión de la Mujer Zonal - que promueve el empoderamiento,
y un Servicio de atención gratuito a las mujeres de los barrios,
que es definido y cogestionado por las participantes de la Comisión
Zonal.
·
Se articulan a través del Programa: mujeres de los barrios organizadas
en la Comisión Zonal, la Oficina de la Mujer IMM, equipos técnicos
de ONG´s especializadas, equipos del CCZ y gobiernos locales.
·
Las mujeres viven en la Comuna experiencias del más variado orden
-personal, grupal, comunitario, social, y también político.
El colectivo está unido fuertemente por lazos afectivos, lo cual
le da una impronta particular; pero para cada integrante la Comuna tiene
un sentido colectivo fuerte. Unas ponen el énfasis en el servicio,
otras en lo grupal, o la incidencia política, la creación
de una nueva conciencia, etc..
IV.- ALGUNOS APORTES DE LA EXPERIENCIA A LA CREACIÓN DE TEJIDO
SOCIAL
Haremos
énfasis en tres aspectos que resultan centrales como aportes
de las mujeres al tejido social, desde este Programa.
1.
La re-creación y reforzamiento de identidades (local y de género)
2. La ampliación de su Agenda, como instrumento ciudadano.
3. El ejercicio de la ciudadanía.
1.- IDENTIDAD (ES)
La
identidad no es sino un punto privilegiado en donde anudarse "pretendiendo
ilusoriamente detener el incesante movimiento de resignificaciones"
(María Antonia Torres). Al decir de Lacan, es un modo de ser,
de percibirse, bajo el cual creemos controlar todos los espejismos posibles.
Hoy está integrada la noción de proceso y construcción
cultural de la(s) identidad(es), así como su carácter
relacional.
LAS COMUNAS Y LA IDENTIDAD LOCAL
§
Las Comunas muestran grados diversos de anclaje local, tanto en términos
de vínculos, como de rasgos culturales, tradiciones, etc..
§ El perfil zonal se ha ido construyendo a lo largo del tiempo.
§ La procedencia barrial de sus integrantes no fue un factor determinante
para incorporarse a la Comuna, pero hoy el colectivo identifica rasgos
locales distintivos que las hace afirmar que tienen una peculiar manera
de ser "La Comuna X".
· Se reconoce también una matriz común dada por
el Programa, que resulta la base mínima.
· Cada Comuna tiene una sede, lo cual es determinante en la percepción
de los "otros". La mayoría de las mujeres consideran
que es un factor clave para desarrollar el trabajo, conectarse, relacionar
los servicios que operan en la zona, integrar otras personas y ser visibles
en la comunidad. La sede tiene un valor referencial. Su ubicación
es altamente valorada porque hace diferencia en la capacidad de negociación
y relacionamiento, con el CCZ por ejemplo.
· La identidad local no es el centro de este nucleamiento, pero
es parte de su "forma de ser".
· Cada Comuna pretende insertarse como actora política
de la zona, entonces valora ser parte de ella.
· Algunas Comunas han logrado ir desde lo local hacia lo ciudadano,
o lo nacional, y regresar al ámbito local con un nuevo bagaje
y reconocimiento. Ejemplo de ello es la iniciativa de la Campaña
del Crespón.
LA IDENTIDAD DE GÉNERO
·
Ya no se convoca desde una esencia femenina, única, singular.
Las mujeres integran hoy la diversidad que reconoce la existencia plural
de mujeres que se identifican con otras dimensiones (la étnica,
de clase o condición social, generacional, etc.).
· La identidad que comparten las mujeres de un determinado grupo,
no es fija, sino que ha ido variando a lo largo de los años;
sin embargo opera como cemento que une a las integrantes de ese colectivo.
· Los procesos personales que se desatan en las mujeres al integrarse
a la Comunamujer, pesan de manera importante en cada uno de los grupos.
· La construcción del colectivo implica un acompasamiento
de estos procesos con las acciones que se desarrollan.
· El descubrimiento de la discriminación, lleva hacia
la necesidad de una mayor autonomía, referida tanto al ámbito
doméstico como al público. Se produce una revisión
de la propia historia que tiene un carácter revulsivo; se replantean
los vínculos y el propio proyecto de vida. Este proceso se vuelca
en el grupo.
· En ese sentido, la identidad de género nuclea, pero
esencialmente es un elemento movilizador, en lo personal y en lo colectivo.
· Empoderarse aparece como un desafío en todos los órdenes
y planos de la vida.
· La conquista de cuotas de poder en los espacios locales, ha
sido integrada progresivamente por las mujeres de las Comunas como una
necesidad imperiosa para incidir y decidir sobre aquellos aspectos relacionados
con la vida cotidiana y con un proyecto mayor de desarrollo que incluya
a las mujeres como sujetos de derecho.
· El enunciado de: "queremos poder", hoy es más
frecuente que hace algunos años.
2.- AMPLIACIÓN DE LA AGENDA
·
Las Comunamujer comparten hoy un conjunto de actividades con todo el
movimiento de mujeres. Esta ampliación de la agenda de las Comunas
es uno de los logros más destacados de los últimos años.
· Logro de cada Comuna, que desarrolló sus propias acciones
y estableció lazos con actores sociales y políticos dentro
y fuera de su zona.
· Cuando una Comisión Zonal adquiere mayor fortaleza y
genera acciones dirigidas a incidir en áreas sociales que trascienden
el Servicio y las actividades propias de su funcionamiento, aparecen
también nuevos interlocutores, nuevas iniciativas, etc..
· La Comunas han incorporado nuevos temas como el de los derechos
sexuales y reproductivos, la generación de ingresos y el trabajo
de las mujeres, la capacitación, etc.
· En muchos casos, esta incorporación las ha llevado a
asumir el rol de interlocutoras frente a otros programas municipales
o nacionales; así como a ampliar el abanico de actores con los
que interactúan.
· La ampliación de la agenda de las Comunamujer ha hecho
que se relacionen con varios programas y propuestas que tienen al territorio
como referente, directa o indirectamente (Proimujer, Barrido Otoñal,
Trabajo por Montevideo, etc.)
· El fortalecimiento del vínculo con el movimiento de
mujeres implicó un proceso de creciente exigencia en lo que hace
a la incorporación de actividades, pero también de concepciones
y plataforma de trabajo. También significó la aparición
de nuevas oportunidades, contactos y una mayor visibilidad.
· El relacionamiento con diversas redes -que integran organizaciones
diversas y de diferentes puntos del país - las incluye en la
discusión y lobby para la aprobación de leyes (por ejemplo
la Ley de Erradicación y Prevención de la Violencia Doméstica)
· Las Comunamujer obtuvieron así visibilidad y protagonismo
a través de acciones de diferente envergadura. Se alimentó
el empoderamiento de las mujeres y sus colectivos. Integró experiencias
desde un lugar diferente al que se ocupaba hasta entonces, que fue percibido
también desde el ámbito local.
· Varias Comunas han generado iniciativas para hacer visible
la problemática de la violencia doméstica. Algunas de
estas iniciativas han tenido una continuidad y una repercusión
mayor que otras; pero todas enriquecieron la movilización por
el tema. La experiencia de la reunión de mujeres con pañuelos
negros, sea para denunciar las muertes de mujeres o para constituirse
en un referente, es un ejemplo de estas acciones. Tal vez el más
expresivo -por haber involucrado a legisladoras, ONGs, e instituciones-
es la llamada "campaña del crespón" que nació
en lo local, desde una Comuna, para adquirir carácter nacional.
· La Agenda de las Comunamujer integró también
la movilización por el reconocimiento de los derechos sexuales
y reproductivos, ampliando notoriamente su espectro de incidencia política.
La discusión y elaboración de la Ley de Salud Sexual y
Reproductiva, que fuera aprobada en la Cámara de Diputados motivó
una fuerte movilización por parte de los grupos de mujeres y
otros sectores de la población. Llevaron a los barrios el debate
sobre la despenalización del aborto e involucraron a diferentes
actores sociales y políticos. En algunos casos obtuvieron la
adhesión de actores relevantes y operaron como un factor importante
de movilización que le dio raigambre popular a la discusión
de la Ley en el Parlamento.
· El ingreso de este tema -que moviliza aspectos ideológicos,
éticos y religiosos- a los colectivos insertos en lo local, representa
un cambio cualitativo en la proyección política de los
grupos. Indudablemente, este proceso es irregular y no muestra la misma
profundidad en cada una de las Comunas. Sin embargo representa un hito
reconocido en todos los casos.
· En varias Comunas se tradujeron en proyectos concretos como
la Agenda de las Mujeres, programas de acción, etc. Han sido
potenciadoras de los colectivos y han contribuido a la ampliación
de los objetivos de las Comunas.
· El vínculo con el movimiento no sólo ha beneficiado
a las Comunamujer, también impactó sobre el movimiento
de mujeres, aportando un punto de vista diferente sobre los temas de
la agenda, un arraigo más popular y formas de asociativismo relacionadas
al territorio.
Como
se ve no sólo crece la Agenda, sino que cambia de calidad; y
ese cambio modifica la vida cotidiana. Melucci ha usado la expresión
"miopía de lo visible" para referirse a un tipo de
reduccionismo frecuente en el análisis de la acción colectiva.
Esta miopía -que está referida fundamentalmente a la negación
de las dimensiones específicamente culturales de la acción-
rastrea sólo en las características que podrían
medirse. Se dejan de lado elementos que están arraigados en la
experiencia cotidiana de la gente, y "se pasa por alto la producción
de códigos culturales y prácticas innovadoras, aún
cuando ésta es la principal actividad de las redes de los movimientos,
ocultas entre la trama de la vida cotidiana, además de ser la
base para su acción visible".
Aunque
la relación con los "aparatos" políticos sea
una dimensión casi inevitable para evaluar la capacidad, la fortaleza
y el perfilamiento de los actores colectivos, es sin duda una perspectiva
limitada. Fundamentalmente (en el decir de Melucci), es limitada para
el análisis de experiencias que tienen en su base conflictos
sociales que no pueden concretarse sólo en el "intercambio
de bienes" en el mercado político. En ese sentido, el caso
de las Comunamujer es un buen ejemplo de colectivos que se movilizan
en base a la redistribución y el reconocimiento de bienes más
allá de ese restringido mercado.
3.- CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANIA
La
redistribución y el reconocimiento son conceptos claves, planteados
por Fraser, que ponen en el centro la lucha por la justicia social y
el reconocimiento de las diferencias entre las personas consideradas
como sujetos de derecho. Las dimensiones implicada en estas luchas trascienden
largamente la referida al "sistema político" entendido
de manera restringida. Fraser afirma para los movimientos feministas
(análogamente a los movimientos antirracistas) la necesidad de
"buscar soluciones político-económicas que socaven
la diferenciación de géneros y, a la vez, buscar soluciones
culturales-valorativas para resaltar su especificidad como colectividad
menospreciada."
La
orientación progresiva de las Comunas hacia la incidencia puede
pensarse en términos más amplios y abarcativos, y también
más exigentes. Como expresan Provoste y Valdés, al definir
la ciudadanía activa, " tiene relación con ser sujetos
de derechos y sujetos de la construcción pública común,
es decir, actor/a en la creación de espacios, intereses, imágenes
y discursos públicos, con sentido de identidad, pertenencia y
membresía de una determinada comunidad política, entre
cuyos miembros hay relaciones de interdependencia, responsabilidad,
solidaridad y lealtad".
·
Hoy se ven Comunas que han logrado introducir su perspectiva frente
a los problemas, los intereses y las soluciones de las zonas; la elaboración
de estrategias apropiadas para ese espacio territorial; el establecimiento
de alianzas con los actores más representativos; el rescate y
valoración de los hechos históricos y sociales en cada
una de las zonas, constituyen elementos que hacen a esta identidad local.
· Las Comunamujer no son, ni pueden serlo, representantes de
todas las mujeres de las zonas, pero al afirmar una identidad local
y de género, introducen los intereses y los derechos de las mujeres
de su zona.
· El reconocimiento de "los otros" también se
constituye en un factor aglutinante y de fortalecimiento de la identidad
de algunas Comunas; en definitiva el perfil que logra construir una
Comuna es un camino de ida y vuelta que, reafirma su identidad y regresa
como reconocimiento.
· Con la tensión entre el ser parte de un Programa municipal
y reafirmar la autonomía, cada uno de los grupos ha ido construyendo
el sentido de su acción. El empoderamiento de los colectivos
resulta una de las claves para el manejo de esta tensión.
· La ampliación de la Agenda de las Comunamujer y el posicionamiento
de la mayoría de las Comisiones Zonales en torno a ejes del debate
nacional, así como un nuevo perfil de relacionamiento con actores
sociales y políticos -no sólo locales- permiten afirmar
la creciente apropiación de un protagonismo social y político,
inédito en esta experiencia.
· Es evidente que algunas de ellas se han transformado en referentes
ineludibles en sus zonas. Si bien este proceso no involucra a todas,
sí involucra y ajusta al Programa en su conjunto. Dicho en pocas
palabras, sube la apuesta y genera una expectativa más alta respecto
a todas las Comunamujer.
· El proceso de discusión y consulta que se realizó
para la elaboración del 1er Plan de Igualdad y Oportunidades
resultó un hito para las Comunamujer. Las Comisiones Zonales
participaron protagónicamente de este proceso, y se apropiaron
de cada uno de los espacios que se fueron habilitando.
· Conceptos como el de ciudadanía activa, igualdad, equidad,
género, diversidad, etc. se integraron al discurso, al tiempo
que se visualizaron áreas y temáticas que no formaban
parte de las principales preocupaciones sobre las que venían
trabajando. Los grandes encuentros, los intercambios con otros actores,
la legitimación desde las autoridades municipales, la conformación
de un espacio institucional para la realización del Plan, fueron
elementos que marcaron a todas las Comunas.
RESUMIENDO
·
Las Comisiones zonales operan hoy - sobre la base de redes de apoyos
y proximidad con un gran compromiso con los temas de la Agenda de género.
·
Su aporte en todos los asuntos públicos, que refieren a la situación
y a la condición de las mujeres, es parte de su capital y ha
contribuido a la iniciativa cada vez más concreta de transversalizar
la perspectiva de género en las políticas locales, haciéndolas
más integrales e inclusivas.
·
La integración de asuntos de interés general, la forma
de abordarlos, así como el horizonte en el que se trabaja (tanto
en lo local como en lo nacional) parece ser un factor clave para la
construcción de este actor social y político de referencia
local.
·
La búsqueda de aliados estratégicos, más allá
del "mundo político local" ha mostrado resultados,
fundamentalmente en lo que refiere a la construcción de propuestas
más abarcativas y de mayor alcance. Estas alianzas y contactos
(que en muchos casos trascienden los límites de las zonas, incluyendo
"autoridades" municipales y nacionales) repercuten a nivel
local y particularmente en la visión que se tiene sobre las Comunamujer
en los órganos de gobierno.
ALGUNOS DESAFIOS
1.-
La superación de la inestabilidad que se establece a partir de
los cambios de los planteles gubernamentales y políticos.
En
base a la experiencia de otros países, sabemos que aunque las
cuestiones de género se puedan haber vuelto parte del "sentido
común", su estatuto es aún poco reconocido. Incluso
en las experiencias desarrolladas por gobiernos que se expresaban favorablemente
por las cuestiones de las mujeres, "los beneficios logrados con
una administración podían retroceder fácilmente
con un cambio en el gobierno..." Esto implica una fuerte dependencia
tanto de la institucionalización alcanzada, como de la sensibilidad
de las personas que ocupan los cargos.
2.- Su propia capacidad de alimentar y reproducir las acciones que despliegan.
Nos
referimos a la capacidad de dar continuidad a las líneas y acciones
desplegadas. A los costos que acarrea la apertura de nuevos espacios
de incidencia con alta visibilidad, se suma el esfuerzo de generar condiciones
adecuadas para mantenerlos.
Y
los gobiernos locales?
·
Las acciones favorecedoras de la organización y movilización
de las mujeres en torno a sus intereses en los espacios locales como
el Programa Comunamujer, establece una notoria diferencia en la posibilidad
de tematizar las cuestiones referidas a las desigualdades de género
sobre lo social, político y económico. Particularmente
en el marco de la descentralización municipal de Montevideo,
esta presencia organizada se hace cercana y creó una cierta "presión",
que exige respuesta por parte de los equipos políticos y administrativos.
En este sentido, Comunamujer no sólo es tributaria de la descentralización,
sino que le otorga al proceso una sustancia nueva, democratizadora y
generadora de ciudadanía.
·
La voluntad de contemplar las específicas necesidades de mujeres
y hombres desde los municipios no nace con la descentralización,
pero encuentra en ella un potencial canal de desarrollo, afianzamiento
y expresión. Es potencial porque no parece ser una condición
suficiente para este proceso. Si bien las demandas generadas en el territorio
tienen como primera puerta de entrada a las administraciones locales,
en estos procesos -débiles en sus inicios- los centros locales
se muestran renuentes a dar respuestas.