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SEMINARIO
Género y Espacio Urbano
“Construyendo ciudades democráticas”
3
de Octubre de 2005
Día Mundial del Hábitat
Salón Rojo, Piso 1 y ½ IMM
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El
empoderamiento socio-territorial como estrategia del desarrollo equitativo.
Arqta.
Silvana Pissano.
1.
Resumen.
Este artículo explora las relaciones entre los procesos territoriales
y los sociales, específicamente los de género a partir
del reconocimiento de los actores presentes en la escala local para
posibilitar el empoderamiento de las mujeres . Primero se abordan las
bases teóricas que colocan al territorio como posible agente
activo del desarrollo equitativo y algunos aspectos del debate sobre
el empoderamiento como estrategia. Luego, se identifican los actores
que posibilitan nuevas estrategias para la superación de las
desigualdades de género. Finalmente, se presentan ciertas conclusiones
como forma de avanzar en el debate teórico sobre el alcance transformador
del territorio en las relaciones de género.
PALABRAS
CLAVE: Empoderamiento, género, territorio, ámbito local.
2.
Introducción.
Territorios emergentes, ganadores, innovadores, competitivos, marginales,
perdedores o inteligentes. ¿Porqué los territorios admiten
hoy éstos y otros calificativos? La justificación teórica-metodológica
que permite la utilización de tales conceptos por parte de investigadores
de la geografía económica se encuentra en pleno auge,
a partir de la necesidad de encontrar nuevos escenarios y respuestas
en la búsqueda del desarrollo. Si además ésta se
cruza con un compromiso de justicia social, se presenta indisoluble
el binomio: desarrollo y equidad, entendiendo que no hay desarrollo
posible cuando no alcanza a todas las personas. En éste marco
se justifica el objetivo del artículo que se presenta: "explorar
el papel del territorio en la búsqueda de la equidad, a partir
del empoderamiento de las mujeres". ¿Cómo se organiza
el territorio para reproducir o alterar las relaciones de género,
entendidas asimétricas y en detrimento de las mujeres? ¿Quiénes
son los actores y cómo se articulan a escala local para permitir
nuevos procesos aún en espacios perdedores? Para responder a
éstas preguntas se abordará un camino teórico que
construye primeramente las definiciones sobre el territorio como activo
en la búsqueda de estrategias que incluyan acciones positivas
ante el reconocimiento de las diferencias. Y, luego, a partir de la
identificación de los actores, (aún los que trasvasan
el ámbito local) visualizar cómo sus imbricaciones permiten
congelar, alterar o modificar las relaciones de género.
3. El territorio como agente protagónico del empoderamiento.
Los procesos de la globalización, entendida ésta como
un fenómeno sistémico, colocan al territorio como un componente
o agente activo del mismo. Las significativas transformaciones de las
últimas cuatro décadas en el orden económico, la
caída de la producción fordista, y lo que supone para
el mundo del trabajo la producción flexible y fragmentada actual;
los cambios políticos e ideológicos, el neoliberalismo
económico; el cuestionamiento de la intervención de los
Estados; las luchas de los movimientos sociales; las transformaciones
en las pautas de consumo y las posibilidades que generan las nuevas
tecnologías, provocan procesos territoriales antagónicos
que van desde la escala mundo a la local. La traducción espacial
de ésta serie de cambios han recolocado a los territorios en
un lugar estratégico y protagónico en las posibles búsquedas
del desarrollo.
A
partir del reconocimiento de que las ciudades Latinoamericanas han traducido
éstos cambios en desigualdades territoriales que consolidan las
brechas crecientes entre la riqueza y la pobreza, se propone en éste
artículo reflexionar sobre las imbricaciones entre las relaciones
sociales, específicamente las de género y el carácter
activo del territorio a escala local. Propuesta que se ubica como desafío
teórico al abordar las posibilidades que se encuentran en las
extensiones urbanas, entendidas primeramente como paradigma de los sistemas
de desigualdad y exclusión, en la superación de las inequidades
de género a partir de abrir espacios para el empoderamiento de
las mujeres.
Antes
de entrar en el territorio como articulador posible del proceso de empoderamiento
es necesario aunque breve entender el poder en relación con el
género para cuestionarlo como construcción histórica
y cultural. El poder como relación de fuerzas presente en todas
las relaciones permite reconocer, por un lado, el poder que ejercen
los hombres sobre las mujeres y, por otro, visualizar el poder propio
de las mujeres, colectivo e individual, identificado en la teoría
actual con el "poder adentro" .
El
primer punto se visualiza a partir de reconocer que existe en la sociedad
un ejercicio del poder subrepticio y deliberado que opera en el plano
ideológico y está intrínsicamente sustentado en
las estructuras sociales (identificado con el patriarcado como la negación
a las mujeres del "acceso a" la libertad de decisión,
recursos, oportunidades educativas y perpetuada por múltiples
mecanismos, incluso la violencia, e instituciones (Estado, Iglesia,
Familia, Escuela). Este poder que subordina a las mujeres , está
basado en la división sexual del trabajo y en la asignación
arbitraria y estricta del espacio para cada sexo, diferenciando actividades
y asignando el espacio público a los hombres y el doméstico
a las mujeres. Los cambios profundos de los últimos cuarenta
años demuestran que dicho modelo teórico está siendo
cuestionado. Pero las fronteras rígidas que existían en
la asignación de tareas y espacio por sexo se desdibujan en situaciones
de pobreza y de crisis y vuelven complejos los múltiples roles
que las mujeres asumen en la búsqueda del bienestar personal
y familiar. (Massolo, A. 1999: 2) La visualización de la multiplicidad
de roles, ha sido una contribución de la perspectiva de género
y de la geografía del tiempo pues han permitido comprender la
heterogeneidad de las tareas asumidas por las mujeres para el desarrollo
de la vida. Aún reconociendo éstos cambios no cabe duda
de que persisten espacios de subordinación que necesitan ser
renegociados. En este sentido se aborda el segundo planteo del poder
en relación con el género, como el poder propio o poder
adentro de las mujeres, entendido como el poder capaz de proporcionar
la conciencia de subordinación y el acceso a nuevas herramientas
que permitan el fortalecimiento de las capacidades para identificarlo
y desafiarlo. Éste doble reconocimiento es el que permite entender
el empoderamiento como estrategia colectiva desde el cual construir
la capacidad de autodeterminación, la libertad de elección,
la autoestima y la autonomía de movimientos y mayor poder de
decisión.
Es
imposible dejar de plantear la controversia que ha despertado y despierta
el uso del término "empoderamiento" (traducción
bastante literal del término en inglés empowerment). La
literatura afirma que el origen aparece en Estados Unidos, asociado
a los grupos radicales negros de los años sesenta. A partir de
la IV Conferencia Mundial de las Mujeres en Beijing en 1995, el término
ha sido acuñado para referirse al aumento de la participación
de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y de acceso al
poder. Sin embargo, es posible encontrar el término más
comúnmente asociado al ámbito académico o al feminismo
como filosofía política que dentro del lenguaje utilizado
por las teóricas y activistas feministas latinoamericanas, que
prefieren hablar de ciudadanía activa o de adquisición
y fortalecimiento del poder de las mujeres; vinculado directamente con
la dimensión política del mismo. Por último destacar
la utilización que hacen de él las agencias de desarrollo,
específicamente el enfoque Género en Desarrollo (GED)
identificado para referirse al fortalecimiento de la posición
social, económica y política de las mujeres como camino
hacia la equidad. Actualmente la expresión introduce un aspecto
clave considerando a las mujeres como sujetos protagonistas de su proceso
de cambio; concepto que se asocia con el de "agencia" . Para
el PNUD transversalidad de género y empoderamiento son enfoques
complementarios para alcanzar la equidad "no podemos dejar de vincular
el empoderamiento con el desarrollo humano porque es donde se encuentran
las libertades de las personas". Paralelamente la dimensión
política lo coloca como potencial de cambio de los regímenes
reguladores existentes y provoca a su vez la capacidad de acción
organizada. Aquí el empoderamiento habla de la construcción
de la representatividad como liderazgos y prácticas nuevos de
las mujeres en el ejercicio de la ciudadanía. Y esto es lo que
lo vincula con el desarrollo local.
Si
el territorio es un sistema de objetos y de acciones (Santos, M. 2000)
no escapa a las relaciones de poder que se presentan en las dimensiones
sociales, políticas, económicas y culturales que lo definen.
Éstas forman parte de la identidad de los lugares y contienen
la potencialidad transformadora para propiciar acciones que confluyan
hacia el desarrollo equitativo. La búsqueda de la equidad, indisolublemente
comprometida con la justicia, reconoce como parte del sistema de acciones
posibles el empoderamiento de los grupos con menor capacidad de poder,
de manera que las transformaciones alcancen la redistribución
de los recursos y el reconocimiento de la diversidad.
El
siguiente esquema intenta recoger por un lado la estructuración
del territorio con sus formas sociales, institucionales, jurídicas
y productivas que lo identifican. Paralelamente el movimiento de mujeres
que trasvasa el ámbito territorial y es desde donde se crea la
conciencia de la subordinación. Ambos permiten emprender el proceso
de empoderamiento de las mujeres.

El
primer vínculo que se reconoce entre el empoderamiento y los
territorios se gesta a partir de la existencia de organizaciones locales,
que surgiendo generalmente con la finalidad del mejoramiento del hábitat
o de la emergencia económica generan respuestas desde la sociedad
que intentan paliar dichas faltas. La forma de generarse "desde
abajo", a partir de prácticas populares en organizaciones
que trabajan a nivel local permiten la participación activa las
mujeres gestionando, tomando decisiones y posibilitando una construcción
del poder diferente al establecido. Pero también el territorio
está presente en su dimensión social y económica
pues sus actores son capaces de construir las alternativas que transformen
los recursos materiales e inmateriales en activos .
4.
Los actores: los tejidos sociales y productivos alternativos, el gobierno
local y el movimiento de mujeres.
La
referencia a los actores forma parte del discurso del desarrollo local.
La particularidad de las periferias urbanas empobrecidas coloca en la
población la emergencia por encontrar nuevas respuestas al desempleo
generando un tejido alternativo caracterizado así por servirse
del mercado formal pero estar fuera de él y, a su vez, tener
nuevas formas de organización social entre sus integrantes. Surgen
a partir de la articulación entre intereses particulares y colectivos
tanto para la producción como reproducción de bienes y
servicios. Así algunas de estas iniciativas (para la generación
de ingresos o el autoconsumo) aprovechan la sinergia del ámbito
local y el apoyo de otros actores institucionales y civiles que si bien
aparecen en primera instancia como factores exógenos son incorporados
como propios en la conciencia colectiva. No todos estos procesos se
colocan como tendencias alternativas formando nuevas redes de solidaridad
comunitaria. Mientras algunos solo permanecen mientras la coyuntura
que los definió se mantiene (por ejemplo las redes de trueque)
otros comienzan a asentarse como tendencias aún incipientes pero
con arraigo local. Numerosas investigaciones confirman que las mujeres
son protagonistas de estos tejidos pues encabezando las tasas más
altas de desocupación son impulsadas a crear nuevas estrategias
de sobrevivencia que muchas veces las coloca en nuevos roles laborales,
sociales y de visibilidad política demostrando que ocupar espacios
anteriormente vedados abre las puertas al posible empoderamiento.
"Si acordamos que el espacio local es el ámbito privilegiado
para el empoderamiento de las mujeres y la aplicación de las
políticas favorables a la equidad de género en lo cotidiano,
entonces la consideración de las diferencias de las mujeres y
las diferencias de los contextos y localizaciones en el proceso de empoderamiento,
es ineludible y congruente tanto con la heterogeneidad municipal como
con la diversidad social local" (Massolo, A. 2002.:10). El territorio
está presente a través de un lugar particular donde la
identidad de las mujeres en la diversidad social, construyen un tejido
social específico. A su vez el territorio está presente
con un tejido productivo particular con cuyo estímulo promoverá
cambios en los roles estimulando que las mujeres ocupen nuevos lugares.
Y finalmente estará presente en sus formas jurídicas y
políticas que permitan al Estado y a las estructuras e instituciones
modificar reglas y hábitos para la búsqueda de la equidad.
Por lo tanto un actor con un rol importantísimo es el gobierno
local. La revalorización de los gobiernos locales en Latinoamérica
a partir de la década de los 80 y específicamente las
Oficinas de la Mujer en la década posterior han permitido la
implementación de políticas y programas, planes y proyectos
desde donde promover la equidad de género generando a su vez
sinergias que reconstruyan un tejido social y productivo que reconozca
a las mujeres en condiciones de equidad redistribuyendo los recursos
materiales e inmateriales y promoviendo las transformaciones deseadas.
Ésta
apuesta por el territorio no deja de lado otros actores que trasvasan
el ámbito local pero que juegan un rol sustancial en la puesta
en marcha del empoderamiento: el movimiento de mujeres. La relación
entre ambos se encuentra en varios planos. En el plano teórico
destaca el rol que juega en la dimensión cognitiva del empoderamiento
pues ha aportado en la formación de la conciencia de subordinación,
condición sine qua non del empoderamiento, visualizando y denunciando
de la desigualdad entre hombres y mujeres. En el plano de la acción
operando en dos grandes escalas, por un lado la acción política
colocando en las agendas nacionales y regionales la necesidad del reconocimiento
de las diversidades culturales, étnicas, de género, de
edad, de clase y de orientación sexual. Y, en la acción
la micro escala a partir de las ONGs de mujeres que trabajan impulsando
proyectos sociales y productivos.
Paralelamente,
si bien la discriminación trasciende el rol de los Estados y
del ámbito local, la arquitectura institucional del primero (cuando
habilita con espacios de participación efectiva) y, la conformación
del segundo en su tejido productivo y social alcanzado, colocan al territorio
como un instrumento relevante en la definición de nuevas relaciones
sociales a partir de las posibilidades estratégicas, como el
empoderamiento de las mujeres.
El
tema planteado para la discusión ha pretendido, por un lado,
contribuir a identificar nuevos escenarios y herramientas que sumen
respuestas sustantivas a la búsqueda de la equidad a partir de
nuevos enfoque, por otro, abrir nuevas interrogantes sobre la capacidad
protagónica de los territorios en la conformación de las
relaciones sociales.
1)
Magdalena León (1997) Poder y Empoderamiento de las mujeres.
Bogotá: Tercer Mundo S.A: "Los procesos de empoderamiento
son, para las mujeres, un desafío a la ideología patriarcal
con miras a transformar las estructuras que refuerzan la discriminación
de género y la desigualdad social. El empoderamiento, por lo
tanto, se entiende como un proceso de superación de la desigualdad
de género."
2) Éste planteamiento se basa en un estudio de caso "Las
mujeres del CCZ 9 de Montevideo" presentado en septiembre del 2005
por la autora del artículo en la Universidad Complutense de Madrid
- Facultad de Geografía - Departamento de Geografía Humana
como proyecto de investigación en el Doctorado "Dinámicas
Territoriales y Estrategias de Desarrollo".
3) Kabeer, Naila (1998) Realidades Trastocadas. Las jerarquías
de género en el pensamiento del desarrollo. Paidos. México.
4) Bordieu, Pierre. (2000). La dominación masculina. A
l" Abast. Barcelona.
5) Para profundizar ver los artículos presentados por
Rosario Aguirre e Irma Arriagada, en la Reunión de Expertos sobre
Pobreza y Género. CEPAL- OIT. 12 y 13 de agosto 2003. Santiago
de Chile.
6) Para profundizar ver Patricia Provoste y Alejandra Valdés
en Democratización de la gestión municipal y ciudadanía
de las mujeres: sistematización de experiencias innovadoras.
Informe final. Documento de trabajo. Santiago, 2000.
7) El concepto de "agencia" es tomado aquí como
lo define Amartya Sen en cuanto a la libertad y/o capacidad individual
de actuar como individuos, la que puede verse restringida por la falta
de oportunidades sociales, políticas y económicas.
8) Declaración de Kofi Anan Secretario General de las
Naciones Unidas en el Foro: "Género, Gobernabilidad y Agendas
Locales". Ciudad de México, 6 de agosto de 2004.
9) Traspasa el alcance de éste artículo entrar
en la dimensión física del espacio: sus instrumentos urbanos,
el uso del suelo, la regulación de la propiedad, los servicios
públicos y las infraestructuras que conviven en los territorios
empobrecidos con la necesidad de organización social para la
búsqueda del mejoramiento del hábitat.
BIBLIOGRAFÍA
Aguirre,
Rosario. (2003). "Procesos de Empobrecimiento y desigualdades de
Género. Desafíos para la medición". Ponencia
presentada en la Reunión de Expertos sobre Pobreza y Género.
CEPAL- OIT. Santiago de Chile.
Arriagada,
Irma. (2003). "Dimensiones de la Pobreza y Políticas desde
una Perspectiva de Género". División de Desarrollo
Social; CEPAL Ponencia presentada en la Reunión de Expertos sobre
Pobreza y Género. CEPAL- OIT. Santiago de Chile
Bordieu,
Pierre. (2000). La dominación masculina. A l" Abast. Barcelona.
Coraggio,
José Luís. (1999). Política Social y Economía
del Trabajo. Alternativas a la política neoliberal para la ciudad.
ED Unigraf. Madrid.
Kabeer,
Naila. (1998). Realidades Trastocadas. Las jerarquías de género
en el pensamiento del desarrollo. Paidos. México.
León,
Magdalena. (1997) Comp. Poder y empoderamiento de las mujeres. ED. Tercer
Mundo S.A. Bogotá.
Massolo,
Alejandra. (2002). "Las Mujeres y el Hábitat Popular: ¿Cooperación
para la Sobrevivencia o para el Desarrollo? en Ciudades para un futuro
más sostenible Boletín CF+S, Nº 19. Instituto Juan
de Herrera. Madrid.
Massolo,
Alejandra. (2002). "El espacio local: oportunidades y desafíos
para el empoderamiento de las mujeres. Una visión latinoamericana"
En: www.redmujer.org/articulos.htm
Provoste
Patricia y Valdés Alejandra. (2000). "Democratización
de la gestión municipal y ciudadanía de las mujeres: sistematización
de experiencias innovadoras. Informe final. Documento de trabajo. Santiago
de Chile.
Santos,
Milton. (1996). De la totalidad al lugar. ED. Oikos-tau. Barcelona.
Santos,
Milton. (2000). La naturaleza del espacio. Técnica y tiempo.
Razón y emoción. ED. Ariel, S.A. Barcelona.
Sen,
Amartya. (2000). Desarrollo y Libertad. Planeta. Argentina.