Carta a la Comisión Organizadora

Artículo del 
Cotidiano
Nº28


Estimadas compañeras:

Hemos recibido su boletín número 3 y queremos felicitarlas por todo el trabajo que están llevando a cabo y reconocerles el esfuerzo, la energía y dedicación con el que lo están haciendo.

Asumiendo la cuota parte de responsabilidad a la que ustedes nos convocan, y con el compromiso de aportar a la enorme tarea que significa la realización del último encuentro feminista de este siglo, queremos acercarles algunos comentarios y reflexiones acerca de la propuesta enviada.

En cuanto a los Objetivos Generales concordamos con los dos primeros objetivos planteados:


1º "Hacer un balance de los últimos 30 años del quehacer feminista latinoamericano y caribeño identificando los aciertos y desaciertos, las fortalezas y las debilidades del movimiento feminista en la región".
 2ª "Crear espacios de diálogo entre los diferentes enfoques feministas sobre la realidad latinoamericana y caribeña avanzando en el análisis y posicionamiento de las mujeres sobre nuevas y viejas formas de opresión". Coincidimos plenamente con la idea de balance y de diálogo. Nuestra duda está en el tercer objetivo:

3º "Propiciar procesos de construcción de estrategias comunes del movimiento feminista y de éste con otros actores sociales para potenciar la incidencia de las mujeres en los procesos de transformación social, identificando los mínimos comunes que permitan establecer vínculos y alianzas al interior del movimiento de mujeres latinoamericano y caribeño."
¿Es el encuentro feminista un lugar donde se deban y se puedan construir estrategias comunes para todo el movimiento? ¿es el lugar para establecer alianzas y vínculos como movimiento de mujeres? ¿tenemos las mujeres feministas que asistimos a los encuentros ese nivel de representatividad y de responsabilidad? ¿Este no es un objetivo que se asemeja más al de una Asamblea o Congreso de una organización estructurada? 

Pensamos que un tercer objetivo podría ser el de: 

Facilitar y garantizar múltiples espacios de intercambio y reflexión para todos los tipos de expresiones feministas existentes en América Latina y el Caribe.

De esa manera se estaría potenciando un encuentro más libre, plural, relajado, diverso, en el que cada mujer feminista podrá encontrarse y convivir durante esos días con quienes quiera, para energetizarse, discutir, reflexionar, debatir, jugar, divertirse, intercambiar conocimientos y elaborar estrategias (si así lo quiere); con quien quiere y como quiera.

Darle a un encuentro ese carácter tan concreto y definido, nos parece que condiciona demasiado la participación y restringe o no valora en igual medida todas las formas del hacer político que se expresan en las múltiples maneras de vivir y sentirse feminista.

Fechas:

Pensamos que es una excelente razón la de realizar el Encuentro en noviembre porque sin duda las hermanas Mirabal merecen el homenaje. Si por razones de capacidad hotelera debiera hacerse en setiembre, recordemos también que el 28 de setiembre es una fecha marcada desde el Encuentro Feminista en Argentina, para la lucha por la despenalización/legalización del Aborto en América Latina y el Caribe.

Organización y Metodología:

En este item es donde tenemos nuestras mayores discrepancias y éstas surgen de la experiencia vivida en el último encuentro en Cartagena. Creemos que la idea de panelistas haciendo análisis de lo que sea en una plenaria genera conflictos como ya pudimos constatarlo. Primero: ¿con qué criterio se eligen esas panelistas? ¿Cuáles son las líneas de pensamiento que se dan actualmente en el feminismo y que se agotan en dos o tres panelistas? 

Por otro lado, se vio en Cartagena que luego de esas presentaciones es muy difícil que las mujeres que asistan al plenario no quieran participar y exponer sus discrepancias o sus "otras" líneas de pensamiento. Y eso dificultará el llevar la discusión a grupos más pequeños. Finalmente, la síntesis que se planea para final de cada día volverá a generar conflictos. Repetimos nuestra afirmación que un Encuentro es un Encuentro y no un espacio donde deba llegarse ni a consensos ni a acuerdos. 

Sí creemos importante que haya espacios de intercambio y de reconocimiento de diferentes posturas, formas de trabajo, planteos políticos pero nos parece que es mucho más viable que esto se suceda en talleres, diversos talleres, que traten los distintos ejes y que en la medida que el taller así lo decida pueda presentar sus conclusiones, propuestas, ideas, comentarios o lo que quiera en una día de plenaria final, como lo ha sido en algunos Encuentros Feministas anteriores.

Si bien con esta propuesta, algunas podrían pensar que se trata de evitar confrontaciones, nosotras creemos que de lo que se trata es de no condicionar todo un Encuentro a debates polarizados y dicotómicos. El análisis y evaluación de los siete encuentros anteriores demuestra que la metodología aplicada en el último no fue de las más facilitadoras para el diálogo, ni el intercambio, ni el análisis ni la comprensión de las posturas presentes.

Confiemos en que las mujeres feministas que concurran al Encuentro serán las que enfaticen los ejes prioritarios de debate de acuerdo a sus necesidades y realidades.

Esperando que estas sugerencias puedan ser un aporte a esa "construcción colectiva" que ustedes lanzaron, les hacemos llegar nuestros saludos y adjuntamos energías que suponemos siempre hacen falta cuando se está frente a semejante desafío.

Hasta pronto;

Lilián Abracinskas, Lilián Celiberti, Guadalupe Dos Santos, Elena Fonseca y Lucy Garrido
Cotidiano Mujer