Encuentro Feminista del Brasil

Cotidiano Mujer Nº32
Año 2000

En João Pessoa, al norte del Brasil, el movimiento de mujeres acaba de realizar el 13º Encuentro Nacional Feminista.

El 13 es el número de la diversidad

Cerca de 800 participantes se concentraron en el espacio bautizado por la Comisión Organizadora como "Auditório Penha do Nascimento". Penha fue una líder campesina, asesinada en la década del 80 por un capataz de la oligarquía paraibana. En este auditorio se realizaron las dos conferencias centrales del 13º Encuentro, cuyo subtítulo fue "El Feminismo en los 500 años de Dominación". Investigadoras y militantes feministas, activistas desde la década del 70, fueron convocadas para contar sobre la "invención (en el sentido de "creación" o "gestación") de la mujer brasilera en nuestro imaginario" y sobre la historia del feminismo en el Brasil desde final del siglo XlX hasta los "desafíos, procesos de participación y política de alianzas", característicos del final del siglo XX. La emoción tuvo uno de sus puntos más altos en la apertura, con la presencia de la Vice Gobernadora, Benedita da Silva (RJ) y de las líderes indígenas Miquelina Machado y Celina da Silva, ambas de la Amazonia. Sus palabras destacaron la importancia del feminismo y del movimento de mujeres, en tanto espacio de fortalecimiento para enfrentar la opresión de raza en la cotidiana disputa por los espacios de poder.

Negras, indígenas, blancas, extranjeras, académicas, semi-analfabetas, sindicalistas, militantes partidarias, integrantes de ONG mixtas y de mujeres, muchas jóvenes, y también mujeres con SIDA, discapacitadas y portadoras de VIH feministas ‘históricas’ y mujeres que estaban simplemente indagando: "¿al final, qué es el feminismo?" ... mujeres de todos los estados brasileros circulaban por las rampas, buscando el espacio donde estarían las 8 mesas de debate y los cerca de 60 talleres. De acuerdo con el análisis parcial de los datos levantados por la Comisión Organizadora, cerca del 60% de las participantes eran novatas.

La temática giró en torno a las cuestiones de la salud, la violencia, las mujeres y el poder, derechos humanos, sexuales y reproductivos, cultura y religión, trabajo, medio ambiente, lazer, medios de comunicación, formación feminista. Fueron abordadas también, cuestiones que no podían ser menospreciadas, relacionadas con una coyuntura más amplia en que se inserta el movimiento de mujeres. Sin contar con los espacios de trabajo corporal – donde no faltaron la danza afro y la danza del vientre – y con los espacios culturales, lanzamiento de libros, videos y materiales educativos.

Para muchas de las asistentes, el 13º ENF representó un tiempo de aprendizaje. Entre las ‘jurássicas’, mientras tanto, primaba un cierto sentimiento – tal vez debido a la contagiante nostalgia del Hotel Tambaú - de que "algo estaba faltando en este encuentro feminista...". ¿Sería una confirmación de que las nuevas estrategias y metodologías, deben ser pensadas para dar cuenta de tanta diversidad?

La Asamblea Final del día 30 las llevó de vuelta al Auditório Penha, para aprobar varias mociones y decidir el lugar del próximo encuentro. Abierto el plenario, se dieron respuestas al gobierno brasilero y se apoyó la "Marcha Mundial de Mujeres por el fin de la pobreza y la violencia sexista". 

El encuentro llegaba a su fin. Rio Grande do Sul fue el estado elegido como sede del próximo Encuentro Nacional Feminista en el 2003 y las gaúchas van a discutir si aceptan o no. En caso de que no se sientan en condiciones de enfrentar el desafío, paulistas y cariocas tienen el compromiso de tomar en sus manos la responsabilidad.
 

"Navegantes de Primer Viaje"
 

Como dos activistas del Foro de Mujeres de Pernambuco en su primer Encuentro Nacional Feminista, no podemos hablar de éste tomando a otros como referencia. Pretendemos, apenas, relatar algunas cuestiones como "navegantes de primer viaje", y más específicamente, sobre aquéllo que se relaciona con la programación del encuentro comparada con nuestras expectativas.

Estábamos allí negras, indias, blancas, mujeres de partidos, trabajadoras rurales, sindicalistas urbanas, mujeres de todas las edades, seropositivas, técnicas de ONG, activistas autónomas, feministas históricas y recién llegadas al movimento, lesbianas y representantes de tantas otras identidades, dando cuenta de nuestra diversidad. No solo por estas características, sino también por la forma en que nos insertamos en el mundo a partir de ellas.

Pero si por un lado el Encuentro nos permitió sentir que, a pesar de esta diversidad, algo nos une y nos permite crear vínculos y establecer entre nosotras un compromiso con nuestra situación común, la de feministas - organizadas en movimiento o no - por otro, la revelación de esta diversidad no trajo ni amplió ninguna reflexión sobre su significado ni sobre cómo ésta se traduce en una prática de trabajo.

En Paraíba, varios sectores de mujeres tuvieron la oportunidad de reunirse y trabajar sobre sus agendas o temas específicos. Sin embargo, eso también nos debería hacer reflexionar sobre lo contrario, es decir, ¿hasta qué punto esta fragmentación no dificulta el diálogo entre las diferentes? ¿cómo saber de la otra si está circunscripta a su grupo de iguales? ¿cómo podremos ampliar el alcance - o los logros - que esta diversidad puede traer a partir de lo que tenemos en común? 

En cuanto a la estructura del Encuentro, llegamos a Paraíba con la idea de que los Encuentros se construyen como espacios libres para el intercambio de experiencias y el desarrollo de nuestra posición feminista. Es cierto que por si solos los encuentros permiten esta reflexión – hecha en conjunto o no. Es a partir de ellos que avalamos lo que somos en cuanto movimiento, lo que somos cada una de nosotras en relación a él. Y sin duda que esto pasó en el 13º, pero encontramos pocos espacios capaces de abarcar estas discusiones. Los espacios informales (conversaciones al borde de la piscina, a la hora de las comidas, reuniones aquí y allá) son muy valorados, pero limitan las discusiones a las pocas personas que de ellos participan. En los encuentros deberíamos, justamente, ampliar este debate. ¿O no? 

En las mesas y los talleres se trataron muchos puntos que seguían, básicamente, los mismos temas del cotidiano de nuestros trabajos específicos. Hacen parte de la construcción de una agenda hoy ya consolidada, que está siendo discutida con otros sectores de la sociedad y que ya forma parte de nuestro trabajo educativo. ¿Significa esto que estamos tan imbuídas de estas pautas, que no somos ya capaces de atrevernos a crear otras? ¿Significa que los encuentros se están institucionalizando? ¿O que esta pauta da cuenta de nuestras mayores necesidades y objetivos en cuanto movimento feminista? 

En relación al tema del Encuentro – "El feminismo en los 500 años de Dominación" - reconocemos la importancia fundamental de su rescate y visibilidad, sin embargo, sentimos que falta una discusión política de esa historia rescatada. Al final, a pesar que casi todos nuestros proyectos de libertades individuales están contemplados en la Constitución Brasilera (pese a posibles peligros de retroceso), que determinan la necesidad de una constante atención), en la práctica aun no se concretaron. Pero no conseguimos explicitar nuestra incomodidad frente a esta contradicción.

La dificultad no fue menor en lo que se refiere al futuro, en éste que es el momento de re-situarnos en el mundo. Tampoco fueron explicitadas propuestas de acciones comunes ante la actual conyuntura mundial y nacional. El contexto brasilero nos lanza muchos desafíos: la relación con el estado, la construcción de un proyecto de democracia global y regional, la garantía de ciudadanía para las mujeres. Y eso hizo falta en el Encuentro: explicitar más, discutir.

Creemos que el Movimento debe construir estas propuestas en sus acciones cotidianas, encuentros temáticos, foros, en fin, en todos los espacios de acción y en las instituciones donde existan feministas. No podemos esperar el próximo encuentro. A pesar de la "saudade" que ya sentimos por este, y de la ansiedad que comenzamos a tener por participar del 14º.

Carla Batista y Silvia Dantas