Guatemala: Denuncian campaña fundamentalista contra legalización del aborto

Las mujeres de Guatemala denunciaron una campaña que se desarrolla en Centroamérica, impulsada por una parlamentaria hondureña que escribió un libro contrario al aborto y comenzó a llevarlo a los países de la región para que los legisladores lo firmen y se comprometan a no legislar en la materia, ya que considera al aborto como un crimen abominable

Alma Odette Chacón, integrante del Consejo Directivo de la Red de Salud de Mujeres Latinoamericanas y Caribeñas (RSMLAC) y directora de Tierra Viva de Guatemala denunció esta "embestida fundamentalista" emprendida por la legisladora hondureña Marta Lorene Alvarado.Si bien en su propio país la hondureña no logró ningún respaldo, en El Salvador ya lo firmaron 99 legisladores, incluyendo los del FMLN.

En un comunicado, la RSMLAC denuncia que en estos días el libro fue llevado a Guatemala y presentado a los jefes de bloque partidarios para que lo firmen los legisladores guatemaltecos.Algunas diputadas lograron que se presentara una moción para declarar la maternidad segura como un asunto de urgencia nacional, contra la presentación y recolección de firmas por ese libro Sí a la Vida.

Por su parte, las organizaciones de mujeres de Guatemala difundieron una declaración que propone rescatar la vida, sobre la base del respeto a los derechos sexuales y reproductivos, el estado laico y la consideración de la altísima mortalidad materna en su país debida al aborto clandestino.

Proponen como parte de la oposición a la circulación y firma de ese libro contrario al aborto legal que se envíen correos electrónicos al presidente del Congreso de Guatemala, Arístides Crespo acrespo@congreso.gob

La declaración titulada Mujeres por la vida, la paz y la justicia reafirma que las mujeres guatemaltecas están a favor de una vida plena para mujeres y hombres, donde sus derechos y diversidades sean respetados y protegidos. Estamos a favor de la vida mas no de la sobrevivencia en que la mayoría de mujeres vivimos en Guatemala, sostienen

Porque están a favor de la vida, aspiran a que se las vea como seres pares, como ciudadanas de primera categoría, como personas capaces y responsables de tomar decisiones, como seres que aportan al desarrollo de este país, como mujeres que deciden sobre su sexualidad y reproducción con entera libertad.

Esa defensa de la vida destacan su preocupación por la mortalidad materna, que tiene en Guatemala una de las tasas más altas en América Latina: 153 muertes por cada 100.000 nacidos vivos. Por ello demandan de las instituciones del Estado: políticas, acciones y recursos más enfáticos para disminuir estas muertes de mujeres que se dan a diario y continúan exigiendo la implemente a nivel nacional La Ley de Planificación Familiar.

También denuncian el aumento de embarazos en niñas y adolescentes que consideran una afrenta a la vida. Niñas y jóvenes de 10 a 18 años deberían estar disfrutando su juventud y preparándose para la vida adulta y no ocupándose de criar otra vida, dicen.

El aborto en Guatemala es un problema social y de salud pública por las condiciones de inseguridad y estigma en que se vive. Más que seguirlo viendo como un crimen, un pecado o un tabú, ayudaría mucho que profundizáramos en sus causas y consecuencias, enfatizan.

Denuncian que detrás de un aborto hay un embarazo no deseado que puede tener múltiples causas: no acceso a la planificación familiar no posibilidad de decidir, violación, problemas de salud, etc.

Por ello más que estigmatizarlo y silenciarlo debería abordarse transparentemente en las familias, en las parejas y en las políticas públicas de salud para encontrar salidas que respondan eficazmente a la realidad de esta problemática. No es con castigos ni satanizaciones que las personas y las sociedades logran la plenitud de vida, afirman.

Las mujeres de Guatemala recuerdan que respetan como un derecho que las personas manifiesten sus creencias religiosas o espirituales a través del ejercicio de alguna religión o manifestación espiritual desde su identidad individual. Pero se oponen a que una o dos religiones se impongan en un país cuya Carta Magna lo afirma como Estado Republicano, es decir Estado Laico. Las jerarquías de las diversas Iglesias y los funcionarios de Estado están obligados constitucionalmente a hacer separación entre actividad política y credo religioso ya que un Estado de Derecho debe reivindicar y proteger todas las diversidades que lo contienen.

Guatemala requiere para caminar hacia procesos de desarrollo y justicia social ir desmantelando los diversos fundamentalismos religiosos, económicos, políticos y otros. Y avanzar así en ser de hecho y derecho un Estado Laico, concluyen.